Entre los grandes vinos denominación de origen de Galicia, sin duda alguna, destacan el Albariño y el Ribeiro. Hay quien se confiesa fiel amante del primero y hay quien defiende a ultranza el segundo. Pero lo cierto es que son dos vinos muy diferentes, cada uno con sus particularidades.
Lo primero que hay que decir es que el Albariño es así bautizado por el nombre de la uva blanca de la que se obtiene, siendo denominación de origen de las Rías Baixas. En cambio, el Ribeiro crea una denominación de origen en sí misma, significando literalmente “ribera del río”.
El Albariño es un vino blanco que presenta un sabor con aromas florales y afrutados. Los paladares y olfatos más expertos dicen que su uva tiene un olor muy similar al albaricoque. La localidad de Cambados es considerada como la capital histórica de este vino, celebrando cada primer domingo de agosto la famosa Fiesta del Albariño. Se trata de la segunda fiesta vinícola más antigua del país y es considerada como Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Por otro lado, el Ribeiro puede ser tanto blanco como tinto, dependiendo del tipo de uva que se utilice en su elaboración. Es la denominación de origen es la más antigua de Galicia, concedida en 1932. Un vino aromático y con mucho cuerpo, sus variedades más reconocidas son: Treixadura, Torrontes, Albariño, Godello, Loureira, Silveiriña, en blancas, y Brancellao, Caiño Longo, Sousón y Ferrón, en tintas.
Ya sabes, siempre es buena ocasión para degustar un excelente vino gallego, ¡sea Ribeiro o Albariño!
Fuente: Wikipedia.