A poca gente no le gusta el marisco -especialmente el gallego como el que servimos en nuestro restaurante-, sin embargo la peor parte de comerlo es el olor que nos queda en los dedos durante horas. Lo mejor es frotarte con una toallita húmeda inmediatamente después de haber tocado el marisco pero si aun así el olor persiste, hay algunas fórmulas caseras que te pueden ayudar.
Una de ellas es mezcla una cucharadita de zumo de limón con una de azúcar hasta formar una especie de pomada granulada. Después frotaremos nuestras manos durante unos minutos y aclararemos con agua. Lo que conseguimos con ello es aplicar un exfoliante casero en nuestros dedos que arrastra las pieles muertas y las limpia de impurezas, entre ellas los malos olores impregnados en la epidermis.
De la misma manera, podemos elaborar esta pomada sustituyendo el azúcar por café o sal y el zumo de limón por vinagre o vino blanco. Prueba estos trucos y ¡verás el resultado!
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