Nadie duda de que la langosta es uno de los mariscos más apreciados a nivel mundial gracias a su magnifico sabor. Por ello, en La Casa Gallega queremos que además de degustarlo, puedas conocer cual ha sido su evolución en la gastronomía gallega a lo largo de los últimos años. ¿Te sumas a nuestra aventura?
Cada vez más complicadas de encontrar en nuestras lonjas, debido a la sobre explotación que durante décadas de este crustáceo, pero a pesar de su escasez ya sabes que en La Casa Gallega ponemos lo mejor de nuestra gastronomía en pleno centro de Madrid.
Pero la langosta tiene un sin fin de preparaciones, no solo con mayonesa y vinagreta. Creemos que este crustáceo es más que todo eso y requiere alguna preparación que aún ensalce más su sabor. ¿Quieres saber como evolucionó en las mesas gallegas?
La Comunidad gallega es famosa por sus rias, donde se encuentran muy buenas langostas; desde las costas de la Mariña lucense hasta A Guarda, en la desembocadura del río Miño. Todas ellas, mucho más finas y delicadas que las francesas, por lo que hay que tener en cuenta que las langostas gallegas constan de una carne más tersa, prieta, y un sabor más delicado.
Primeramente, se consumían simplemente cocidas, sin ningún tipo de salsa como acompañamiento, pero no fue hasta el s.XVIII, cuando las familias más pudientes comenzaron a añadir en la receta clásica una salsa vinagreta la cual, hasta el s.XIX fue acompañada con la ya comentada mayonesa.
No será hasta años más tarde, cuando una segunda salsa se sumó al consumo del marisco sumándose otro tipo de recetas como la publicada en 1899 en el periodico el Faro de Vigo. Hablamos de «langosta con chocolate, perdiz y liebre». Otra de las recetas alternativas, quizás no tan antiquisima, es la langosta a la americana, de la cual se dseconoce su origen; francés o americano.
También la langosta a la plancha ha copado las mesas gallegas, con una preparación similar a la del bogavante.