El pescado es un alimento que, aunque en muchos casos sea motivo de discusión incluirlo en nuestra alimentación, ya que no a todo el mundo le gusta o disfruta de su sabor, es importante incluirlo en nuestra dieta diaria ya que aporta a nuestro organismo múltiples beneficios.
Quizás, lo peor que tiene el pescado es su manipulación ya que es bastante compleja o simplemente hacerte con una pieza fresca y de calidad. A veces, nos fiamos de nuestro pescadero de confianza o nos dejamos llevar por el precio, pero el producto en sí no es óptimo. En la Casa Gallega, tenemos el mejor producto fresco tanto marisco como pescado proveniente del mar para aquellos amantes del buen comer. Pero, ¿sabes diferenciar un pescado fresco del pasado?
Te decimos los trucos para que no te den gato por liebre:
- El olor; este es el primer indicativo que te dirá si no está en buen estado, si es fresco -mantiene olor a mar- o si está pasado, en este caso es inoloro.
- En cuanto a los ojos, debes fijarte bien sobretodo si son esféricos, saltones o si su pupila es de un negro intenso y brillante. Si es así, metelo en la cesta de tu compra, nunca te lleves una pieza opaca o grisácea.
- Tanto si te despiezan como si no el ejemplar en cuestión, fíjate en la espina central, debe estar adherida a la carne e incolora.
- Otro punto que debes focalizar tu atención son las agallas. Deben estar en colores intensos y brillante, no se te ocurra llevarte un «pescado fresco» amarillento u descolorido.
- En cuanto a la piel o las escamas, deben ser abundantes y dificiles de retirar. Si cuesta retirar la piel del pescado, es que este está fresco. Ojo con que esté pegajosa, en ese caso no será un pescado fresco.
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