Hoy queremos hablar de uno de los postres típicos de Semana Santa, pero no por ello exclusivo de las mismas. Las chulas o fritos gallegos, comúnmente conocida como torrijas es un plato que suele comerse bastante, sobretodo en carnavales o en salidas campestres con familia y amigos.
Ya, ya sabemos que estamos en verano pero es uno de los postres que por su sencillez y sabor muchos seguro que queréis ir practicando para presumir cuando llegue la gran cita.
En La Casa Gallega ya sabes que podrás disfrutar de postres elaborados basados en la más profunda tradición de la cocina gallega pero en pleno corazón de Madrid.
¿Quieres conocer un poquito de historia de este postre tan tradicional o si existen algunas diferencias con las torrijas españolas?
Al parecer, el origen de las torrijas data en el s.XV, básicamente como un plato que ayudaba a las parturientas a recuperarse tras los esfuerzos. Otros en cambio, lo sitúan directamente como un dulce típico gallego. En lo que todas las corrientes coinciden es que es un plato típico de Semana Santa.
¿Y por qué justo en Cuaresma? Todos sabemos que en esta época tradicionalmente no se consumía carne y el pan era racionalizado, por lo que las familias con las sobras, al quedarse el pan duro lo aprovechaban de esta manera.
En cuanto a las diferencias que podemos encontrar entre chulas y torrijas españolas es el pan. Básicamente en la Comunidad gallega utilizan la miga, siguiendo aproximadamente el mismo proceso de cocinado, mientras que es la torrija española quien utiliza la rebanada completa de pan.
¿Quieres cocinar una chula galega en casa?