Un pan gallego auténtico es todo un monumento. De corteza crujiente y dureza variable – según el formato que escojas- no podrás resistirte. Lo que estamos seguros que no varía es la miga esponjosa y la elaboración artesana de harina de trigo blanco.
La denominación de origen de pan gallego implica que debe de cumplir una serie de cánones, como por ejemplo el grosor de la corteza que puede oscilar entre los 3 y 10 milímetros, así como su color que puede ir de dorado a marrón oscuro.
Hay una gran variedad de ellos. Si estas deseando de hincarles el diente, podemos darte alguna que otra recomendación como por ejemplo el famoso pan de Cea, Pan de Broa, Pan de Ousá o Pan de Carral entre otros.
¿Quieres hacer pan gallego casero? Nosotros te decimos los pasos indispensables sobre cómo hacerlo en casa.
Para elaborar una buena masa de pan gallego, debes añadir mucha agua a la hora de su elaboración, concretamente cuenta entre un 90-100% de hidratación, es lo que produce la jugosidad de la miga y que te invita a morderla ipso facto.
La masa tradicional gallega se amasa con las manos, para nada se involucran ningún proceso industrial, por lo que se suele trabajar entre unas 5 o 7 horas además de trabajarla fresca, está prohibido su congelación.
Podemos destacaros 4 tipo de elaboraciones:
Con mucho sabor a trigo y mucho aroma, el pan gallego es una de las delicatessen que puedes probar en La Casa Gallega. ¿Te vienes?
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